Le dije a mi esposa que no deberíamos contratar una sirvienta pero ella se negó. Acabo de regresar a casa del trabajo y pillé a la criada tocándose el coño afeitado. Ver a la criada tocar su coño me enojó tanto que no tuve más remedio que disciplinarla follándole el coño después de que ella me chupara la polla.
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